Sintonía. Sincronía. Sinergia.

Vibra-el-Cosmos---Esencia-del-Ser-y-del-Alma---Astrologia-Psicologica--Daily-Astral---Diario-de-Astrologia---Argentina---Uruguay---Punta-del-Este

Al vibrar conscientemente con el ritmo del Universo, creamos sintonía, sincronía y sinergia entre la energía del Cosmos y nuestro Ser.

Vibrando en la misma frecuencia se abren los caminos para la luminosidad y la plenitud de sentirnos vivos.

¡Buen fin de semana!

La Ley de la Potencialidad Pura

por Deepak Chopra

La Ley de la Potencialidad Pura se basa en el hecho de que el hombre, en su estadío esencial, es conciencia pura. La conciencia pura es potencialidad pura; es el campo de todas las posibilidades y de la creati­vidad infinita. La conciencia pura es la esen­cia espiritual. Siendo infinita e ilimitada, también es felicidad pura.

Cuando se descubre la naturaleza esen­cial y se sabe quién se es realmente, ese solo conocimiento encierra la capacidad de convertir en realidad todos los sueños, porque el hombre es la posibilidad eterna, el potencial inconmensura­ble de todo lo que fue, es y será.

El campo de la po­tencialidad pura es nuestro propio Yo. Y cuanto más desarrollemos nuestra propia naturaleza, más cerca estaremos de ese campo de potencialidad pura.

Vivir de acuerdo con el Yo, significa que el pun­to interno de referencia es el propio espíri­tu, y no los objetos de nuestra experiencia. Lo contrario de la auto-referencia es la referencia al objeto. Cuando se vive según la referencia al objeto, se está siempre influidos por las cosas que están fuera del Yo; entre ellas están las si­tuaciones en las que el hombre se involucra, las circunstancias, y las personas y las cosas que lo rodean. Cuando se vive según la referencia al ob­jeto, se busca constantemente la aprobación de los demás. Los pensamientos y comporta­mientos esperan constantemente una respuesta. La vida, por tanto, se basa en el temor.

Cuando se vive según la referencia al obje­to, también se siente una intensa necesidad de controlarlo todo. Se siente una intensa necesidad de tener poder externo. La necesidad de aprobación, la necesidad de controlar las cosas y de tener po­der externo se basan en el temor. Esta forma de poder no es el de la potencialidad pura, ni el po­der del yo, o poder real. Cuando se experimenta el poder del yo no hay temor, no hay necesi­dad de controlar, y no hay lucha por la aprobación o por el poder externo.

Cuando se vive según la referencia al obje­to, el punto de referencia interno es el Ego. Sin embargo, el ego no es lo que realmente es el hombre. El Ego es la autoimagen del hombre, su máscara social; es el papel que estamos desempeñando. A la más­cara social le gusta la aprobación; quiere contro­lar, y se apoya en el poder porque vive en el temor. El verdadero Yo, que es el espíritu, el alma, está completamente libre de esas cosas. Es inmune a la crítica, no le teme a ningún desafío y no se siente inferior a nadie. Y, sin embar­go, es humilde y no se siente superior a nadie, por­que es consciente de que todos los demás son el mis­mo yo, el mismo espíritu con distintos disfraces.

Ésa es la diferencia esencial entre la referen­cia al objeto y la auto-referencia. En la auto-refe­rencia, se experimenta el verdadero Ser, el cual no les teme a los desafíos, respeta a todo el mundo y no se siente inferior a nadie. Por tanto, el poder del Yo es el verdadero poder.

El poder basado en la referencia al objeto, en cambio, es falso. Siendo un poder que se basa en el Ego, existe únicamente mientras exista el obje­to de referencia. Si la persona tiene cierto título, si es el presidente del país o el presidente de la junta directiva de una corporación o si tiene muchí­simo dinero, el poder de que disfruta está ligado al título, al cargo o al dinero. El poder basado en el Ego dura solamente lo que duran esas cosas. Apenas desaparezcan el título, el cargo y el dine­ro, desaparecerá el poder.

El poder del Yo es permanente porque se basa en el conocimiento del Ser, y este poder tiene ciertas características: atrae la gente hacia nosotros y también atrae las cosas que de­seamos; magnetiza a las personas, las situacio­nes y las circunstancias en apoyo de los de­seos. Esto es lo que se conoce también como apoyo de las leyes de la naturaleza. Es el apoyo de la di­vinidad; es el apoyo que se deriva de estar en un estado de gracia. Este poder es tal que se disfruta de un vínculo con la gente y la gente disfruta de un vínculo con nosotros. Es el poder de esta­blecer lazos, lazos que emanan del verdadero amor.

¿Cómo se puede aplicar la Ley de la Potenciali­dad Pura, el campo de todas las posibilidades, en la vida?

Si se quiere disfrutar de los benefi­cios del campo de la potencialidad pura, si se quiere utilizar plenamente la creatividad inherente a la conciencia pura, se debe tener acceso a ella. Una manera de tener acceso al campo de la po­tencialidad pura es por medio de la práctica dia­ria del silencio, de la meditación y del hábito de no juzgar. Pasar algún tiempo en contacto con la naturaleza también nos brinda acceso a las cuali­dades inherentes al campo: creatividad infinita, libertad y felicidad.

Conocer

Practicar el silencio significa comprometerse a destinar cierta cantidad de tiempo sencillamente a ser. Tener la experiencia del silencio significa renunciar periódicamente a la actividad de ha­blar. También significa renunciar periódicamen­te a actividades tales como ver televisión, escuchar radio, o leer. Si nunca se da la oportunidad de experimentar el silencio, esto crea una turbu­lencia en el diálogo interno. Destinar un corto tiempo de vez en cuan­do a experimentar el silencio. O sencillamente comprometer a hacer silencio durante un determinado tiempo todos los días. Podrían ser dos horas, o si eso parece mucho, hacerlo durante una hora. Y de vez en cuando dedicar un período largo a experimentar el silencio, por ejemplo todo el día, o dos días, o hasta una semana.

En un principio, el diá­logo interno se vuelve todavía más turbulento. Se siente la necesidad apremiante de decir cosas. Hay personas que llegan a la desespera­ción total el primer o el segundo día que se con­sagran a guardar silencio durante un período pro­longado. Súbitamente los invade una sensación de urgencia y de ansiedad. Pero a medida que per­severan en la experiencia, su diálogo interno co­mienza a callar. Y al poco tiempo, el silencio se vuelve profundo. Esto se debe a que después de cierto tiempo, la mente se da por vencida; se da cuenta de que no tiene sentido insistir e insistir si el yo (el espíritu, el que decide) no desea ha­blar, y punto. Luego, cuando calla el diálogo in­terior, se empieza a experimentar la quietud del campo de la potencialidad pura.

Practicar el silencio periódicamente, en el momento que más se esté cómodo, es una manera de experimentar la ley de la potencialidad pura. Otra manera es dedicar un tiempo todos los días a la meditación. Lo ideal es meditar por lo menos durante treinta minutos por la mañana y treinta minutos por la noche. Por medio de la medita­ción aprenderemos a experimentar el campo del silencio puro y la conciencia pura. En ese campo del silencio puro está el campo de la correlación infinita, el campo del poder organizador infinito, el terreno último de la creación donde todo está conectado inseparablemente con todo lo demás.

En la quinta ley espiritual, la Ley de la Intención y el Deseo, se aprende la manera de introducir un leve impulso de intención en este campo para que la realización de los deseos tenga lugar espontáneamente. Pero primero se debe tener la experiencia de la quietud. La quietud es el pri­mer requisito para manifestar los deseos, por­que en la quietud reside la conexión con el campo de la potencialidad pura, el cual puede or­ganizar una infinidad de detalles para las personas.

Otra manera de entrar en el campo de la po­tencialidad pura es por medio de la práctica del hábito de no juzgar.

Juzgar es evaluar constante­mente las cosas para clasificarlas como correctas o incorrectas, buenas o malas. Cuando se está constantemente evaluando, clasificando, rotulan­do y analizando, se crea mucha turbulencia en el diálogo interno. Esa turbulencia frena la energía que fluye entre nosotros y el campo de la potencialidad pura. Literalmente, comprimimos el espacio entre un pensamiento y otro.

Ese espacio es la conexión con el campo de la potencialidad pura. Es el estado de conciencia pura, el espacio silencioso entre los pensa­mientos, la quietud interior que se conecta con el poder verdadero. Y cuando se comprime el es­pacio, se reduce la conexión con el campo de la potencialidad pura y la creatividad infinita. En un curso de milagros hay una oración que dice: «Hoy no juzgaré nada de lo que suceda». El hábito de no juzgar crea silencio en la mente. Por tanto, es buena idea comenzar el día con esa afir­mación. Y durante todo el día, recordarla cada vez que se juzgue. Si pare­ce muy difícil practicar este procedimiento du­rante todo el día, entonces sencillamente decir:»No juzgaré nada durante las próximas dos horas» o «Durante la próxima hora, pondré en práctica el hábito de no formar juicios». Después se podrá ampliar gradualmente el tiempo.

Además, pasar un tiempo con la naturaleza permitirá sentir la interacción armoniosa de todos los ele­mentos y las fuerzas de la vida, y experimentar un sentimiento de unidad con todas las cosas de la vida. Trátese de un arroyo, un bosque, una mon­taña, un lago o del mar, esa conexión con la inte­ligencia de lanaturaleza también ayudará a lograr el acceso al campo de la potencialidad pura.

Se debe aprender a poner en contacto con la esencia más íntima del Ser. Esa ver­dadera esencia está más allá del Ego. No teme; es libre; es inmune a la crítica; no retrocede ante ningún desafío. No es inferior ni superior a na­die, y está llena de magia, misterio y encanto.

El acceso a la esencia verdadera también permitirá que las personas se miren en el espejo de las rela­ciones interpersonales, porque toda relación es un reflejo de la relación que tenemos con nosotros mismos. 

No existe en el mundo ningún dinero o éxito que pue­da resolver estos problemas básicos de la existen­cia; solamente la intimidad con el Yo podrá hacer surgirla verdadera cura. Y cuando se está bien afianzados en el conocimiento del verda­dero Ser (cuando realmente se comprende su verdadera naturaleza) jamás se siente cul­pable, temeroso o inseguros acerca del dinero, o de la abundancia, o de la realización de los deseos, porque se comprende que la esen­cia de toda riqueza material es la energía vital, la potencialidad pura; y la potencialidad pura es la naturaleza intrínseca del hombre.

La abundancia del Universo (la espléndida exhibición y riqueza del universo) es una expresión de la mente creativa de la naturaleza. Cuanto más sintonizados están las personas con la mente de la naturaleza, mayor acceso tendrán a su creatividad infinita e ilimitada. Pero primero de­ben dejar atrás la turbulencia del diálo­go interno, a fin de poder conectarse con esa mente rica, abundante, infinita y creativa. Y en­tonces crearán la posibilidad de una actividad dinámica, pero manteniendo al mismo tiempo la quietud de la mente eterna, ilimitada y creativa. Esta exquisita combinación de la mente silencio­sa, ilimitada e infinita con la mente dinámica, limitada e individual, es el equilibrio perfecto de la quietud y el movimiento simultáneos, el cual puede crear cualquier cosa que deseen. Esta co­existencia de los contrarios (quietud y dinamis­mo al mismo tiempo) independiza al hombre de las situaciones, las circunstancias, las personas y las cosas que lo rodean.

Cuando se reconozca calladamente esta co­existencia exquisita de los contrarios, se alinearán con el mundo de la energía, el caldo cuántico, la cosa inmaterial que constituye la fuente del mundo material. Este mundo de ener­gía es fluido, dinámico, flexible, cambiante, y está siempre en movimiento. Pero, al mismo tiempo, es quieto, callado, eterno, silencioso y no cam­bia. La quietud en sí constituye la potencia para crear; el movimiento en sí es la creatividad redu­cida a un determinado aspecto de su expresión. Pero la combinación de quietud y movimiento nos permite dar rienda suelta a la creatividad en todas las direcciones a donde quiera que el po­der de nuestra atención los lleve. Adonde quiera que se vaya en medio del mo­vimiento y la actividad, se debe llevar la quietud. De esa manera, el movimiento caótico que rodea a las personas jamás ocultará la puerta de acceso al manantial de creatividad, al campo de la potencialidad pura.

Aplicación de la ley de la potencialidad pura

Se pondrá a funcionar la Ley de la Potencialidad Pura comprometiéndose a hacer lo siguien­te:

  1. Se ubicará en contacto con el campo de la potencialidad pura destinando tiempo todos los días a estar en silencio y sólo, meditando en silencio por lo menos dos veces al día, aproximadamente durante treinta minutos por la mañana y treinta por la noche.

  2. Destinar tiempo todos los días a estar en comunión con la naturaleza y ser testigo si­lencioso de la inteligencia que reside en cada cosa viviente. Acomodarse en silencio a ob­servar una puesta delsol, o a escuchar el rui­do del océano o de un río, o sencillamente a oler el aroma de una flor. En el éxtasis de mi propio silencio, y estando en comunión con la naturaleza, disfrutaré el palpitar milenario de la vida, el campo de la potencialidad pura y la creatividad infinita.

  3. Practicar el hábito de no juzgar. Comenza­r cada día diciendo: «Hoy no juzgaré nada de lo que suceda», y durante todo el día repetir que no se debe juzgar.

 

 

Ley de Potencialidad Pura - Astrologia - Deepak Chopra - Blog

Chopra, Deepak. Ley de la Potencialidad Pura.

Para conocer más sobre Deepak Chopra, click aqui

Las siete leyes espirituales del éxito.

Somos Estrellas

¿Cuántas veces hemos escuchado la frase de “somos polvo de estrellas”? Quizá la cita más recurrente en este sentido sea la de Carl Sagan (Cosmos, 1980), pero podríamos nombrar una enorme cantidad de referencias. Entre ellas la memorable frase de Georges Bataille en su libro El culpable: “Qué soy sino un rayo de una estrella muerta?”  y una más actual del heredero de Sagan, Neil de Grasse Tyson: “No sólo vivimos entre las estrellas, estrellas viven dentro de nosotros”.

Lo extraordinario de esto es que, aunque por momentos sea difícil de dimensionar, el hecho contundentes es que sí, efectivamente, somos fundamentalmente polvo de estrellas.

Intentemos entender esto desde la composición química que permea todos los cuerpos del Universo.

Las estrellas emiten luz alimentadas por el poder de la fusión en sus núcleos. Esta fusión ocurre a partir de que la gravedad amasa bolas de hidrógeno en los núcleos hasta que los átomos de hidrógeno reaccionan lanzando protones que se fusionan en  átomos de helio. Este proceso continúa hasta que el helio se convierte en el elemento predominante de una estrella –es por esto que se utiliza la palabra helio, históricamente sinónimo del sol. Si una estrella es suficientemente masiva estallará en una supernova dispersando todos estos elementos por el Universo. Todos los átomos, además del hidrógeno, están hechos de estas estrellas, incluyendo nosotros.

Pero hay que precisar que no todos los elementos se forman a partir de la fusión en los núcleos de estrellas; algunos elementos más pesados surgen de los que se conoce como captura de neutrones. Por ejemplo, el oro es difícil de obtener por medio de la fusión debido al número impar de protones y lo pesado del elemento. Aquí lo que sucede es lo contrario, una separación de átomos. Se separan núcleos de hierro que tienen más neutrones que protones. Estos neutrones se disparan alrededor de los elementos cercanos a él creando depósitos de neutrones en ellos. Cuando algunos de estos neutrones se vuelven protones surgen elementos como el oro, el plomo o el uranio. Estos elementos pesados, sin embargo también son producto de la alquimia que ocurre en “el atanor de las estrellas”.  Y si cada átomo del Universo tuviera una memoria individual recordaría haber formado parte de una estrella.

Somos un cuerpo pero también somos estrellas, y moriremos para convertirnos en galaxias: esculturas de Mihoko Ogaki

Que todos y todo, en cierta medida, somos polvo de estrellas, es una conclusión que se obtiene cuando se piensa que en cierto momento el Universo entero se encontraba concentrado en un punto del espacio tiempo: soles, galaxias, planetas, pero también árboles, mariposas, ríos, microorganismos, todo lo que vemos pero también lo que todavía no conocemos.

Partiendo este principio, la escultora Mihoko Ogaki realizó estas piezas en que cuerpos moribundos se transforman, por un sortilegio del arte y la técnica, en constelaciones que se disuelven en la oscuridad de una sala de museo, una permutación entre muerte y vida que parece también arquetípica, la sublimación de eso que creemos el fin de todas las cosas pero que, al menos físicamente, no es sino la transformación en algo más.

Así con estos cuerpos: exánimes, fatigados de la vida y sus afanes, a un paso del rigor mortis, quedan convertidos en las que posiblemente sean las maravillas más admirables del universo, esas galaxias mesmerizantes que si bien nos recuerdan la trivialidad de nuestra existencia, al mismo tiempo nos recuerdan que, en cierta forma, ellas y nosotros somos uno y lo mismo, que algo hay de estelar en nuestra constitución y también, por qué no, de humano en la suya.

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Fuentes:

http://pijamasurf.com

http://www.mihoko-ogaki.com

http://faena.com

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Los Cuatro Elementos y la Naturaleza Humana

El objetivo de este artículo es poder dar una introducción a la Astrología como herramienta de autoconocimiento y desarrollo de la personalidad, además de aportar algunos lineamientos sobre la cosmovisión de la Vida como unión de la energía del Cielo y la Tierra.

¿Qué es la Astrología?

La Astrología es un lenguaje de la energía cósmica, del ambiente del cual somos parte. La lectura del Cielo, de los planetas, las estrellas, los astros, y todo el movimiento que llega desde el Universo hacia nuestro Planeta Tierra, nos ayuda a conocer de qué manera estos factores influyen y modelan la energía de nuestra alma.

Sabemos que la unidad del Hombre y del Universo, y la totalidad y coherencia de la vida, se basa en la correlación energética del Microcosmos – Macrocosmos: el Universo entero es un sistema total, y dentro de la gran totalidad hay totalidades menores, como el Hombre. Bajo esta mirada, estudiando los ciclos y pautas de la totalidad mayor -del Universo-, podemos aprender acerca de los ciclos y pautas del Hombre mismo. Es decir, estudiando la energía del Universo descubrimos la energía del Ser Humano.

En este sentido, la Astrología nos permite conocer y describir la experiencia y unicidad del Ser Humano. Porque somos hijos del Cielo y de la Tierray el Universo se manifiesta adentro nuestro; somos energía que fluye y se exterioriza a través de nuestra conciencia y de nuestra personalidad.

“Como es Arriba es Abajo,

Como es Adentro es Afuera.”

La Carta Natal es un mapa simbólico de la psique humana individual. Estudiando la Carta Natal de una persona conocemos la energía que estaba presente entre el Cielo y la Tierra en el momento de nacimiento, el ADN cósmico. Comprendiendo la Carta Natal, podemos descubrir la naturaleza de la semilla innata del Ser Humano, y delinear caminos para crecer y potenciar el desarrollo y evolución. Somos esa huella del Cielo en la Tierra.

En este sentido trabajamos con la Astrología Psicológica para conocer nuestra esencia natural como seres humanos y la dinámica de nuestra psique. Desarrollar esta mirada interior desde la cosmovisión astrológica, a través del conocimiento de nuestra propia Carta Natal, nos permite comprender cómo esa energía nuestra innata se manifiesta a través de nuestra psique, nuestra alma y personalidad, nuestras pautas y patrones de conducta, para darnos cuenta cómo fluye –o se bloquea- esa energía en las diferentes fases y escenarios de nuestra vida.

Desde este enfoque, claramente la Astrología es una herramienta puramente psicológica, que nos conecta vívidamente con la Naturaleza y el Universo. Dentro de las corrientes psicológicas, se enmarca dentro de la Psicología Humanista, siendo una herramienta para desarrollar el potencial de crecimiento de cada persona individual y generar confianza en la totalidad. El potencial de creatividad y auto-realización del Hombre se considera como más esencial que sus limitaciones y dificultades con el entorno social, de manera que el objetivo de la Astrología Psicológica es el desarrollo del Ser y sus potencialidades, para dar significado al estar vivo como Ser Humano.

¿Por dónde empezamos? Los Cuatro Elementos.

El Fuego, la Tierra, el Aire y el Agua son los cuatro elementos de la Naturaleza, y componen todas las estructuras materiales y tonalidades orgánicas que hay entre el Cielo y la Tierra.

Nosotros como seres vivos estamos también compuestos por estos cuatro elementos y conocer cómo se manifiestan en nuestra experiencia de vida es el punto de partida para conocer nuestra energía de base.

Jung - Libro Rojo - Los Cuatro Elementos y la Naturaleza Humana - Astrología Psicológica

¿Cómo se manifiestan los Cuatro Elementos en nuestro Ser? A través de nuestra Conciencia.

El mundialmente conocido psicólogo suizo y antiguo discípulo de Freud, Carl Gustav Jung (1875-1961), fundador de la Psicología Analítica, ha reconocido a la Astrología como un saber íntimamente ligado a la psique humana, afirmando que “la Astrología representa la suma de todo el conocimiento psicológico de la antigüedad”.

Una de las bases fundamentales para la psicología jungiana es la categorización de las personas en cuatro tipos psicológicos. De acuerdo a su teoría, el consciente conoce cuatro modos principales de percepción, los cuales se expresan de manera diferente en cada individuo. Son las Cuatro Funciones de la Conciencia: la Intuición, la Sensación, el Pensamiento y el Sentimiento.

Por supuesto que las cuatro no son igualmente fuertes en cada individuo. Una función domina, mientras que las otras tienden a estar “subdesarrolladas”. Para poder volverse una totalidad, una persona debe desarrollar las cuatro funciones de conciencia, trabajo profundo y consciente en pos del desarrollo de la personalidad.

Los cuatro elementos de la naturaleza se manifiestan en el ser humano a través de las cuatro funciones de la conciencia.

El Fuego se manifiesta a través de la Intuición.

La Tierra a través de la Sensación.

El Aire a través del Pensamiento.

Y el Agua a través de los Sentimientos.

Como dije anteriormente, como ser vivo toda persona está compuesta por los cuatro elementos de la naturaleza, y por ende las cuatro funciones de conciencia están presentes en todo Ser Humano, pero siempre en proporciones diferentes.  En este sentido, el primer análisis astrológico de la personalidad deriva del Balance de Elementos en su Carta Natal, porque como vimos cada uno de los elementos representan tipos específicos de conciencia y percepción y nos revela una primer mirada sobre la potencialidad de la experiencia vital de la persona.

Por ejemplo: si una persona tiene una predominancia del elemento aire en su Carta Natal, su conciencia tiende a utilizar a la mente y al pensamiento como principal modo de percepción del mundo y la vida; con lo cual seguramente tienda a evadir los sentimientos pretendiendo controlar con la mente su mundo emocional. Otro ejemplo: si en  la Carta Natal de una persona hay una predominancia fuerte del elemento Agua, el sentimiento será su función psíquica predominante, y por ende tenderá a emocionalizar todo, incluso lo relativo a cuestiones laborales o profesionales, todo es emotividad porque esa es la principal lente o modo de percibir el mundo y la vida.

Los cuatro elementos, Fuego, Tierra, Aire y Agua, son los pilares de la Astrología, y su disposición en la Carta Natal de la persona nos mostrará cómo percibe internamente el mundo exterior. Luego de este Balance de Elementos, entramos en la matriz del Zodíaco en la Carta Natal, que es una pauta energética más específica.

Fuego: Energía radiante universal, energía que es excitable, entusiasta y luminosa. Dinamismo, espontaneidad, y una experiencia centrada en la identidad personal y espiritual. Los signos de fuego dirigen su energía conscientemente hacia su propia voluntad de ser y de expresión libre. Aries, Leo y Sagitario.

Tierra: Energía centrada en los sentidos físicos y la realidad del aquí y ahora del mundo materialmente perceptible. Armonización con el mundo de las formas, de las estructuras visibles. Resistencia y persistencia, energía de preservación y conservación. Protección, estabilidad y seguridad.  Los signos de tierra concretan, son confiables, estables y cautelosos. Tauro, Virgo y Capricornio.

Aire: Energía vital que se asocia con la respiración, las ideas arquetípicas detrás del mundo físico, la energía cósmica concretada dentro de las pautas específicas del pensamiento. Los signos de aire enfocan su energía en el mundo de las ideas específicas que no se materializaron aún, la teoría, las palabras, los vínculos y el pensamiento abstracto. Géminis, Libra y Acuario.

Agua: Energía intangible, reino de la emoción profunda y de las respuestas sentimentales. Intuición y sensibilidad psíquica. Los signos de agua están en contacto con el inconsciente y con la unidad de toda la creación, la empatía hacia los demás está muy presente, como así también su vulnerabilidad. El elemento agua corresponde al proceso de ganar consciencia a través de una comprensión lenta pero segura de los más hondos anhelos del alma. Cáncer, Escorpio y Piscis.

“La Astrología representa la suma de todo el conocimiento psicológico de la antigüedad”. –

Carl G. Jung

Los cuatro elementos y la naturaleza humana - carolina goldsman - astrologia psicologica - buenos aires - punta del este - uruguay

Este Jueves 27 de Junio estaré dando una charla abierta en la Fundación Hampatu de Buenos Aires sobre esta temática.

http://www.fundacionhampatu.org

El Espiral: arquetipo esencial de nuestra psique

“El espiral simboliza el proceso de crecimiento y evolución. Representa el proceso de volver al mismo punto una y otra vez, pero en un nivel diferente, de modo que todo se ve con una nueva luz.”

Angeles Arrien

Desde adentro y hacia afuera, tal como marca el ciclo de la vida, el Espiral es un símbolo que representa el proceso de crecimiento y evolución. 

La Tierra nació a partir del movimiento en espiral de una nube de gas y polvo cósmico. Desde entonces, los espirales forman parte de nuestro entorno cotidiano. Podemos contemplarlos en todos los niveles posibles, tanto en el espacio como en el tiempo. El espiral aparece en la naturaleza y en la ciencia: describe la rotación del universo, los movimientos de las estrellas. Los hallamos en las galaxias, en el sistema solar, en el código universal de la vida, en la religión y en el arte de todas las culturas humanas.

Espiral Evolutiva - Galaxia - Estrellas - Ciclon

¿Cuál es su significado más profundo? ¿Cuál es la relación que tiene con nuestra propia existencia como hijos del Cielo y la Tierra? 

Esta forma helicoidal está presente en lo más recóndito de los seres vivos, como en la doble hélice del ADN (ácido desoxirribonucleico) que codifica nuestra herencia. Así, el espiral es una formación natural frecuente en el reino vegetal, evoca la evolución de una fuerza, de un estado. Es continuidad, desarrollo, emancipación, rotación creacional; en una palabra el espiral es fertilidad con todo lo que connota. Es el inicio y el fin, nacimiento y finitud, transformación.

El cuerpo humano también contiene la triple hélice del cordón umbilical, formado por dos arterias y una vena. Las huellas dactilares, las glándulas sudoríparas y los folículos pilosos, así como la estructura torsionada de algunos huesos y el caracol de nuestro oído interno -una de las espirales más perfectas- también evocan la misma forma, que asimismo observamos en las olas que culminan enroscándose, los caracoles, el movimiento de los ciclones o tornados y las curvas espirales divergentes o centrífugas de las galaxias.

Todos estos casos constituyen ejemplos de cómo la naturaleza repite una y otra vez este motivo que nos acompaña desde que nació el sistema solar. Al fin y al cabo, éste es una espiral que integra otra mucho mayor: el inmenso remolino de la Vía Láctea, que gira vertiginosamente en el espacio repitiendo el mismo motivo.

En todas las culturas antiguas, el espiral es la forma natural del desarrollo y movimiento, y ha sido un símbolo del viaje hacia la vida eterna. La forma espiral se utilizó como símbolo místico de la búsqueda del alma, representando el camino que girando iba al centro de lo divino.

Relacionado con el círculo, constituye también el símbolo antiguo de la diosa, de la matriz, de la fertilidad, de la fuerza femenina de la serpiente, del cambio continuo, y de la evolución del universo. Tal vez por ello, dicha forma se convirtió desde tiempos remotos en uno de los símbolos más universales de la humanidad y la encontramos en todas las civilizaciones como un ícono de la vida.

Elemento arquetípico 

En este sentido, el Espiral es un arquetipo de nuestra psique más profunda, eje del inconsciente colectivo de Carl Jung. Podemos imaginarnos el descenso de esta forma espiro-helicoidal desde el espacio, representando así el recorrido que efectúa la energía universal para que, atravesando distintos planos, niveles y estadios del Cosmos, en su descenso se convierta en energía cada vez más densa, hasta alcanzar el estado de la materia, tal y como la conocemos. Si el recorrido es efectuado en un sentido inverso -es decir, ascendente-, representará entonces la evolución.

Si trasladamos la forma helicoidal en el espacio y en una dirección horizontal determinada, irá tomando el aspecto de un muelle y también simbolizará el proceso evolutivo humano. Este movimiento de hélice codifica el desarrollo y la continuidad de los distintos estados de la existencia. Estos se repiten, pero siempre en planos diferentes.

Los grados de la Iniciación también siguen el mismo modelo. Por eso suelen expresarse gráficamente bajo la forma de una escalera de caracol ascendente. “El Dragón del Conocimiento” o “la Serpiente de la Sabiduría” , apar
ecen con frecuencia enroscados en las columnas de algunos templos, partiendo de su base, que es la representación de lo físico y material, para ir subiendo en una lenta ascensión hacia lo superior y lo trascendente.

El vórtice del Espiral no sólo regula la vida desde un nivel galáctico hasta un nivel subatómico, sino que también refleja e incluso rige la conciencia. El espiral puede estimular los estados de sintonía espiritual, por lo que también ayuda ubicar dibujos, pinturas o fotografías de este extraordinario símbolo en lugares apropiados de la casa o del lugar de trabajo.

Encuentros de Arte, Espiritualidad, Evolución y Ecología

La imagen corresponde al logo que identifica a los diferentes  Encuentros de Arte, Espiritualidad, Evolución y Ecología que organizamos desde 2011 en Punta del Este, Uruguay, durante todo el año. Podés conocer más haciendo  CLICK AQUI

Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos

La Astrología es un lenguaje de la energía, que nos permite conocer y describir la experiencia y unicidad del Ser Humano. Es un arte de interpretación de las cualidades arquetípicas generales y de las energías combinadas que se conjugan a su vez con la experiencia del Ser, dando como resultado una formulación única, un Ser Humano único.

Sabemos que la unidad del Hombre y del Universo, y la totalidad y coherencia de la vida, se basa en la correlación energética del microcosmos – macrocosmos: el Universo entero es un sistema total, y dentro de la gran totalidad hay totalidades menores, como el Hombre. Bajo esta mirada, estudiando los ciclos y pautas de la totalidad mayor, del Universo, podemos aprender acerca de los ciclos y pautas del hombre mismo. Es decir, estudiando la energía del Universo descubrimos la energía del Ser Humano. Somos hijos del Cielo y de la Tierray el Universo se manifiesta adentro nuestro. Somos energía que fluye y se manifiesta a través de nuestra conciencia y de nuestra personalidad.

Entonces, afirmamos que la Astrología es una herramienta para conocer más profundamente al Ser Humano y su inter-relación con el Cosmos. Estudiamos la Carta Natal de una persona para conocer el momento determinado de nacimiento; momento en el cual el Cielo y los Planetas irradiaron una cualidad energética particular que se impregnó en nuestra materia. Somos esa huella del Cielo en la Tierra, somos esa energía particular encarnada. 

Conocer con qué cualidad energética nacimos nos conduce hacia una mirada interior para comprender cómo esa energía se manifiesta a través de nuestra psique, nuestra personalidad, nuestras pautas y patrones de conducta. La Carta Natal nos muestra este mapa energético y nos pone en contacto con la estructura más básica de nuestra personalidad para darnos cuenta cómo se manifiesta esa energía en las diferentes fases y escenarios de nuestra vida.

Desde este enfoque, la Astrología es entonces una herramienta psicológica para conocernos profundamente como seres humanos, y nos conecta vívidamente con la Naturaleza y el Universo. Dentro de las corrientes psicológicas, se enmarca dentro de la Psicología Humanista, siendo una herramienta para desarrollar el potencial de crecimiento de cada persona individual y generar confianza en la totalidad. El potencial de creatividad y auto-realización del hombre se considera como más esencial que sus limitaciones y dificultades con el entorno social, de manera que el objetivo de la Astrología Psicológica es el desarrollo del Ser y sus potencialidades, y dar significado al estar vivo como ser humano.

¿Por dónde empezamos? Los Cuatro Elementos.

El fuego, la tierra, el aire y el agua son los básicos bloques de construcción de todas las estructuras materiales y tonalidades orgánicas. Para reconocer la naturaleza humana de una persona, comenzamos por analizar el balance de los elementos en su Carta Natal, que nos van a hablar de sus potencialidades de pensamiento, sentimiento, intuición y sensación, cuatro maneras de conocer del hombre (propuestas específicamente por el psicólogo suizo Carl Jung), que se correlacionan con los cuatro elementos de la naturaleza: el fuego es la intuición, la tierra la sensación, el aire es el pensamiento, y el agua es el sentimiento.

Los Signos Zodiacales son pautas energéticas más específicas. Cada uno de los cuatro elementos se manifiesta en tres modalidades diferentes -cardinal, fijo y mutable-, resultando entonces doce signos o cualidades energéticas particulares que se combinan entre sí en una proporción única. Los Doce Signos del Zodíaco son campos de energía, son pautas arquetípicas que moldean toda la vida en el Universo. Son cualidades de la energía total universal.

Como ser vivo, toda persona está compuesto por los cuatro elementos de la naturaleza. Sin embargo, las proporciones pueden ser armónicas o no. En este sentido, el primer análisis astrológico de la personalidad deriva del balance de elementos en su Carta Natal. Los elementos representan tipos específicos de consciencia y percepción y nos revela una primer mirada sobre la potencialidad de la experiencia vital de la persona.

Fuego: Energía radiante universal, energía que es excitable, entusiasta y luminosa. Dinamismo, espontaneidad, y una experiencia centrada en la identidad personal. Los signos de fuego dirigen su energía conscientemente hacia su propia voluntad de ser y de expresión libre. Aries, Leo y Sagitario.

Tierra: Energía centrada en los sentidos físicos y la realidad del aquí y ahora del mundo material. Armonización con el mundo de las formas, de las estructuras visibles. Resistencia y persistencia, energía de preservación y conservación. Protección y seguridad.  Los signos de tierra concretan, son confiables, estables y cautelosos. Tauro, Virgo y Capricornio.

Aire: Energía vital que se asocia con la respiración, las ideas arquetípicas detrás del mundo físico, la energía cósmica concretada dentro de las pautas específicas del pensamiento. Los signos de aire enfocan su energía en el mundo de las ideas específicas que no se materializaron aún, la teoría, las palabras y el pensamiento abstracto. Géminis, Libra y Acuario.

Agua: Energía intangible, reino de la emoción profunda y de las respuestas sentimentales. Intuición y sensibilidad psíquica. Los signos de agua están en contacto con el inconsciente y con la unidad de toda la creación, la empatía hacia los demás está muy presente, como así también su vulnerabilidad. El elemento agua corresponde al proceso de ganar consciencia a través de una comprensión lenta pero segura de los más hondos anhelos del alma. Cáncer, Escorpio y Piscis.

«Conócete a ti mismo» Sócrates

Este post, como así también su título está inspirado en el libro «Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos» de Stephen Arroyo. Un muy buen libro que recomiendo para quienes decidan iniciar el camino.

El Millonésimo Círculo: creando equilibrio

«Cuando un número decisivo de personas transforme su actitud o su comportamiento, la cultura en su totalidad se transformará. Unos pocos comienzan a hacer aquello que era impensable, y pronto son muchos quienes lo hacen; y cuando un cierto número de individuos cambia, esa nueva conducta forma parte indivisible de cómo somos y de lo que somos como seres humanos.» *

Estamos en el umbral del cambio de paradigma. Somos la generación que participa de la era de la transformación, los responsables en crear un nuevo modelo de vida basado en la unión, la integración, y el amor a nuestro planeta y a todo ser que lo habita. Necesitamos cambiar la mirada, transformar la imagen que tenemos de nosotros mismos, de nuestra relación con el entorno, y hacernos cargo de crear nuevas bases y conceptos universales que sustenten el equilibrio de la vida en la tierra. De esto se trata esta nota, de perfilarnos y afianzarnos como constructores del cambio.

Nuestra cultura humana está cambiando, somos testigos y partícipes, y para acompañar esta evolución necesitamos construir una nueva manera de observarnos a nosotros mismos, a los otros y al mundo, con un enfoque integrador.  La creatividad, el amor, la sabiduría, el cuidado y la nutrición son hoy en día claves para acompañar el reciclaje de un sistema socio-eco-cultural que ya está aflorando, quitar la atención a viejos esquemas e inyectar toda la energía renovada a los nuevos modelos que queremos para nosotros y nuestra familia.

¿Qué necesitamos para construir una cultura humana equilibrada e integrada con nuestro medio ambiente?

Para que la cultura humana cambie es necesario incorporar, por un lado, la sutil sabiduría y compasión asociadas al aspecto femenino de la humanidad y, por otro, la sabiduría indígena que implica una conexión con todos los organismos vivos del planeta, y llegar de ese modo a un equilibrio. Necesitamos unirnos en forma de círculo, compartirnos, observar, hacer y enseñar.

Nuestro mundo necesita de una inyección de esa clase de sabiduría nutritiva que las mujeres tienen, y además volver a recibir con los brazos abiertos a la cultura indígena. La energía femenina de compasión, amor, cuidado, protección, nutrición, sabiduría, paciencia, contemplación, fluidez del mundo emocional, es precisamente lo que debemos hacer crecer adentro nuestro para ofrecer al mundo, y así hacer nuestra parte para equilibrar nuevamente la balanza de la vida.

¿Cómo lo hacemos?

Necesitamos reconocernos como hijos de la tierra y hacernos cargo de nuestra relación con ella y de esta gran familia de la que somos parte. Somos Uno:  somos la unión de las energías masculinas y femeninas del Universo, la unión del Cielo y de la Tierra, la unión de nuestro Padre y nuestra Madre.

El camino entonces es crear entornos que vivifiquen este mensaje: Somos Uno. Y la forma primordial de este concepto es el Círculo, una forma arquetípica que resulta familiar a la psique de la mayoría.

El medio es el mensaje: creando Círculos Sagrados.

Un círculo sagrado es un espacio en donde podemos alinear nuestra expresión, pensamientos, sentimientos, sueños y acciones, compartiendo nuestra esencia de forma auténtica, despojándonos de todo tipo de prejuicios, animándonos a compartirnos, abrirnos a los otros, brindarnos generando así entre todos una energía circular de comunión de esencias humanas que buscan crecer. Es por eso que me animo a tomar la inspiración de Jean Shinoda Bolen, psicóloga jungiana autora del libro «El Millonésimo Círculo», para expandir su mensaje transmitiendo esta necesidad de construir círculos entre nosotros, que nos lleven a comprendernos en verdadera unidad e igualdad.

El objetivo es construir juntos diferentes caminos para equilibrar la energía vital de nuestro mundo. Necesitamos nuevos círculos para aprender escuchando, presenciando, representando un modelo, reaccionando, profundizando, haciendo de espejo, riendo y llorando, inspirándonos y compartiendo la sabiduría de la experiencia. Necesitamos una reeducación, una nueva forma de pensar sobre la vida y el ser humano, y creo que la única manera de lograrlo es abriendo nuestra mente y animándonos a desaprender para dejar entrar lo nuevo, aprender un nuevo sentido de vida, una nueva dimensión de la experiencia humana. Un Círculo puede brindarnos este espacio de aprendizaje y contención, sabiduría y conexión, para gestar nueva energía circular que, desde el centro  -símbolo de profunda percepción y sabiduría-, irradiemos hacia el mundo. La invitación es a tener la iniciativa para crear nuevos círculos e inspirar a que también otros lo hagan.

Construir una nueva mirada de nosotros mismos, nuestros vínculos personales, y nuestra relación con el medio ambiente del cual somos parte, es la clave y el punto de partida para dar vida a nuestra esencia humana desde un enfoque de integración con nuestro Planeta Tierra. Permitirnos identificarnos desde una visión de unión e integración con el Universo y sus cuatro elementos es transformar todo nuestro ser hacia el nuevo camino, es acompañar el cambio de paradigma, es entrar en la nueva Era. Y el Círculo, símbolo de la integración, la totalidad, la igualdad, es la forma de nutrirnos los unos a los otros desde este nuevo lugar, para poder irradiar sabiduría, amor a la tierra y energía femenina a la humanidad , siempre desde adentro y hacia afuera. Leer el libro «El Millonésimo Círculo» y afianzarnos como co-inspiradores de nuevos mundos.

 

 

* La cita al comienzo de esta nota corresponde a la psicóloga jungiana Jean Shinoda Bolen, autora de «El Millonésimo Círculo».

El Zodiaco: la energía sagrada del Universo

Estamos en el Planeta Tierra, y desde este punto nosotros los humanos vivimos el Universo.

Aún sabiendo que el Sol es el centro del Sistema Solar, y que los Planetas giran en sus respectivas órbitas alrededor del Sol, nosotros los humanos estamos en el Planeta Tierra, por ende la Tierra es nuestro centro. 

La Astrología parte de esta mirada humana geocéntrica: para nosotros los humanos, observadores de nuestra propia realidad, la Tierra es nuestro centro, y entonces vamos a conocer y percibir las cualidades energéticas del Cielo en la Tierra, y en nuestro Ser, a partir de la observación de los movimientos del Sol, la Luna y los Planetas orbitando alrededor nuestro.

Desde aquí, el Sol, la Luna y los Planetas giran sobre un telón de fondo constituido por dibujos de estrellas en el cielo: las Constelaciones de Estrellas. Este trasfondo de constelaciones estelares es para nosotros El Zodíaco, un círculo espiralado y dinámico de 360º interno al Sistema Solar, que recrea un campo magnético cuyas cualidades energéticas dividimos en doce fases o ángulos de 30º cada uno. 

Cada ángulo de este círculo espiralado de 360º representa una fase de la cualidad energética total: son los 12 Signos del Zodíaco, doce fases de la energía total evolutiva universal.

La Astrología está basada en el Zodíaco. Conocer nuestra Carta Natal nos brinda la oportunidad de ponernos en contacto con las cualidades energéticas del Zodíaco de modo vivencial, poniéndonos a nosotros como centro. Nos permite descubrir cómo y en qué proporción se manifiestan esas doce faces eergéticas adentro nuestro, en qué aspectos y escenarios se expresan cada una de sus cualidades en la experiencia de nuestra personalidad. Descubrimos el Universo mismo adentro nuestro. 

Comprender el significado y cualidades de las energías de los Signos del Zodíaco, y el recorrido evolutivo que todos unidos integran, nos conduce a una mayor comprensión de nosotros mismos y de la energía total y sagrada del Universo.

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Cada fase del proceso zodiacal -cada Signo del Zodíaco- representa un estado de la experiencia humana. Muy brevemente haremos el recorrido energético evolutivo del círculo espiralado que dibujan las constelaciones de estrellas alrededor del sistema solar. Este es el Zodíaco:

Aries. Elemento Fuego. Luz. La primera fase de este sistema circular espiralado, ligado al movimiento de manifestación del nuevo proceso, representa la impulsividad, el desequilibrio, la inestabilidad y el deseo instintivo de conseguir la propia identidad.  La energía se manifiesta como una explosión. Aries es inicio, es impulsividad, es pura energía libre que no tiene forma, solo tiene esa sensación de ser, esa potencia de ser. Se necesita poder para adquirir la personalidad. Se impone el ego, la impaciencia y la pasión. No hay autoconciencia, solo experiencia de sí mismo, solo deseo puro y libre.

Intensidad. Dinamismo. Identidad en acción. Creatividad. Impaciencia. Impulsividad.

Tauro. Elemento Tierra. Es la fuerza de la energía que se acumula y se reabsorbe. Tauro es energía que actúa en contacto íntimo con la sustancia profunda de los organismos, dando vida a los sentidos, e incitando a la tierra de la humanidad a convertirse en fructífera. Percepción concreta y poderosa orientada a la satisfacción de las necesidades y funciones corporales, a la capacidad de goce y disfrute de los placeres con seguridad. Comprensión de la naturaleza y su funcionamiento,

Estabilidad. Contacto. Sensaciones. Contemplación. Disfrute. Producción.

Géminis. Elemento Aire. Es la energía de expresión y de contacto a través del pensamiento. Para Géminis el Universo es una relación, y a través del aire construye con palabras y conceptos un puente entre el Cielo y la Tierra. Crea vínculos, asociaciones, abre opciones, y el crecimiento de su personalidad se basa en la apertura mental y capacidad de comunicación social e intelectual.

Simultaneidad. Curiosidad. Procesos racionales. Comunicación. Aprendizaje. Juego dual.

Cáncer. Elemento Agua. La energía se convierte en acción directa sobre el nivel emocional y del alma. La energía canceriana da lugar a un fluir de las fuerzas irracionales, instintivas y biológicas, con raíces en la sangre. Surge el sentimiento: un impulso biológico-emocional que da lugar a la construcción del psiquismo. Se crea un interior distinto al exterior, en donde la protección genera la identidad por pertenencia. La casa, el útero, el arquetipo maternal, esa es la energía de agua canceriana.

Fecundación. Protección. Simbiosis. Memoria. Pasado. Amor universal.

Leo. Elemento Fuego. Es la seguridad de la identidad. Leo irradia una energía de independencia, y la experiencia humana leonina tiende a exteriorizar teatralmente su ser, quiere ser significativa de algún modo y lo muestra. La sensación de libertad creativa respecto a los demás, de seguridad del Yo independientemente del entorno, es lo que brilla desde el centro. Irradiación de reconocimiento, defecto de soberbia y narcisismo, y un camino de la identidad basado en la autoexpresión.

Centro. Vitalidad. Brillo. Creatividad. Yo Soy. Líder por naturaleza.

Virgo. Elemento Tierra. Energía que nos conecta con la percepción de un sistema, un orden que trasciende el Yo. La conciencia evolutiva nace del análisis, del aprendizaje que se da a partir del contacto inmediato con el nivel material de la experiencia. El cuerpo, el trabajo, los deberes y las responsabilidades sociales. Virgo es la forma y el límite. Es energía naturalmente servicial y funcional.

Orden. Método. Análisis funcional. Autocrítica. Servicio. Purificación.

Libra. Elemento Aire. Energía que irradia luminosidad para la creación de un sentido real y verdadero de valores sociales armónicos. El impulso del proceso social dinamiza la conciencia de la persona, y su desarrollo evolutivo se basa en dar vida a la realidad del intercambio humano, la realidad de la comunidad, la de vivir juntos dentro de una estructura orgánica, estable y permanente de conducta, con sentido de la comunidad. El mundo de las ideas vinculares y de la belleza son la esencia, y la percepción del Universo se sintetiza en el concepto Yin-Yang.

Adaptación. Idealismo. Liviandad. Armonía. Complemento. Totalidad.

Escorpio. Elemento agua. La totalidad de la vida incluye a la muerte. Sobre esta premisa, la energía escorpiana vivifica el instinto profundo de la sanación y de la evolución a través del cambio. El desarrollo de la conciencia se basa en la comprensión de los más hondos anhelos del alma, la oscuridad, el inconsciente, los temas tabúes. El sexo es el umbral de la conciencia cósmica, y la fuerza sexual es el canal mediante el cual se alcanza la fusión, la unión absoluta con los demás individuos, para constituir así juntos un todo orgánico más grande. Búsqueda de seguridad emocional y seguridad del alma. Escorpio es el signo de la intuición del dolor y de la capacidad para la curación.

Luz y Sombra. Intensidad. Deseo. Sensualidad. Vida y Muerte. Transformación. Renacimiento. Trascendencia.

Sagitario. Elemento Fuego. El desarrollo de la conciencia se basa en el aprendizaje de la identidad, conocer lo que uno realmente es para encontrar el sentido de la vida. La energía sagitariana se centraliza en la expansión de los horizontes -los horizontes físicos, mentales y sentimentales-, creando diferentes modos de encarar ese viaje hacia la propia esencia. El disfrute de la diversidad cultural es la clave del autoconocimiento, es parte de la búsqueda de la naturaleza humana, única e incomparable, dentro del grupo social del cual somos parte. Sagitario es la energía y la mente consciente del hombre que dirige esa energía en dirección a su objetivo. La clave es domar la mente, aprender a pensar mejor para encauzar el caudal de energía hacia el propósito de vida.

Expansión. Maestría. Optimismo. Mística. Conexiones. Comunidad.

Capricornio. Elemento Tierra. Energía que irradia proyección de metas, objetivos, logros, y junto a ello la exigencia para la excelencia. Hacerse cargo, asumiendo las responsabilidades como base de la acción, genera la libertad y el compromiso para poder perfilar un camino hacia la cima comenzando por pequeños pasos. La evolución de la conciencia está centrada en la materialización de los sueños, lograr construir los ideales de vida.

Exigencia. Autoridad. Firmeza. Construcción. Camino hacia la cima.

Acuario. Elemento Aire. Energía que irradia apertura, la ausencia de refugio y la renovación constante. El desapego emocional, el desarraigo y la intermitencia en las relaciones, son todas características de esta energía de aire fijo que busca vínculos comunitarios a través de la libertad.

Espontaneidad creativa. Discontinuidad. Sociabilidad. Libertad. Fraternidad. Igualdad.

Piscis. Elemento agua. La profundidad y la percepción a través de la extrema sensibilidad emocional del mundo, hacen fluir esta energía hacia el desarrollo de la compasión y la sanación colectiva. La disposición al servicio, la filantropía, sociabilidad y humanitarismo son tendencias innatas. También lo son la no forma, el caos, la indecisión y la inestabilidad propia del agua. La necesidad de sentirse conectado con el niño interior hace que las personas con energía pisciana desarrollen un alto grado de imaginación, que les permite volar en su mundo interno de fantasías. Así, la música y el arte son canales perfectos para drenar tanta sensibilidad emocional, creando lo nuevo a través de la imaginación y la gran percepción del universo y sus seres.

Sensibilidad. Intuición. Sanación. Caos. Unión. Espiritualidad.

 

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Fuentes:

«El Zodíaco, el latido de la vida» Dane Rudhyar.

«El Lenguaje Sagrado. Clases y seminarios» Eugenio Carutti (publicaciones de Casa XI).

«Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos» Stephen Arroyo.

…. entre otros….

Imágenes: Kagaya

El Ser Humano y el Universo

«El ser humano forma parte de un todo, que nosotros llamamos universo, limitado a la vez en el tiempo y el espacio. El ser humano se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sentimientos, como algo separado del resto –como una forma de ilusión óptica de su conciencia-. Esta ilusión es como una prisión para nosotros, limitándonos a nuestros deseos personales y al afecto de unas pocas personas cercanas. Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión, ampliando nuestro círculo de compasión hasta abarcar todas las criaturas vivas y la naturaleza completa, en todo su esplendor. Nadie es capaz de conseguirlo completamente, pero esforzarnos en este sentido es ya una parte de la liberación y es la base de nuestra seguridad interior»

Albert Einstein.

Todo esto somos

La Vía Láctea es nuestro Sistema Solar. Es un espiral con órbitas circulares sobre las cuales giran los Planetas. Desde la Tierra y junto a nuestra Luna también giramos alrededor del Sol en un viaje de 365 días y un poco más.

Las Estrellas y las doce constelaciones del Zodíaco, los Cuatro Elementos, nuestros Siete Chakras y el Arbol de la Vida. Somos un puente multicolor entre el Padre Cielo y la Madre Tierra. Un camino, una búsqueda consciente para comprender nuestra naturaleza humana y el sentido de la Creación. Todo desde adentro y hacia afuera, como va la dirección de la energía de la Vida.

Todo esto somos. Y lo que no se ve también.